En un sótano atemporal, un artista se programa con alarmas para dormir y refugiarse en sus sueños y viajes en el tiempo. Lo que él no imagina, es que esa misma alarma en su hogar, despierta a una marioneta incompleta que decide confundir su realidad y transformarlo, hasta obligarlo a reaccionar y enfrentar su presente.
"El presente está solo. La memoria erige el tiempo. Sucesión y engaño es la rutina del reloj."
Jorge Luis Borgues, extracto del poema: El Instante
"Todos vivimos en un mundo de fantasía e imaginación cuando somos niños y para alguno de nosotros ese mundo de fantasía continúa cuando crecemos"
Jimm Hemson
Atempo es la velocidad en la que se interpreta una pieza musical y justamente se relaciona con la idea del tiempo, en una analogía muy personal nuestra, cuando vivíamos en Bueno Aires observamos como todas los seres humanos estamos en una constante búsqueda de quiénes somos y cuál es nuestro motor para movernos y muchas veces, en el camino, pasan cosas que nos hacen sentir desorientados. Estamos en una constante búsqueda de encontrar la armonía, ritmo y compás que calce en el tiempo.
Esta historia reafirma que a veces lo único que nos falta hacer es parar un momento y abrir los ojos, porque vivimos la vida como dormidos y desconectados, programándonos el día a día con actividades, sin percatarnos de lo que está a nuestro alrededor. Creemos que estamos “conectados” a las redes sociales, pero generalmente son las anestesias más fuertes.
Debemos despertar y conectarnos con lo que amamos hacer. No debemos dejar dormir a nuestro niño interior que sabe que debemos jugar siempre, para no perder la motivación y así poder estar en armonía con el presente.
Queremos, con un lenguaje sutil, romántico e infantil, describir la lucha interna de un personaje que, sin saberlo,está cerrando heridas. Buscamos también, mediante la puesta en escena, imprimir emociones, como la nostalgia, la negación, y lentamente también, la transformación, aceptación y la reconciliación con uno mismo.